Esa parte
primitiva del cerebro que aflora nuestros más bajos instintos y que a nuestros
ancestros ayudó para sobrevivir. Las emociones son más fuertes que el cerebro
pensante, lo manejan como quieren y no nos preguntan si queremos o no. Insuflan
una fuerza magnánime sobre nuestras personas; cuando ellas mandan nosotros solo
somos marionetas manejadas por nuestras entrañas.
Es una
sensación indescriptible cuando las emociones nos manejan. Si nuestra parte
racional del cerebro está conforme con lo que ocurre cuando este delirio de las
emociones secuestra nuestra parte sensata; todo va bien. Pero cuando nos
asaltan sin preguntar y no queremos que así sea es una locura. Es una sensación
de agonía increíble y en ese momento preferiríamos dejar de sentir. Pero eso no
es algo que podamos elegir… es extraño que una parte de nosotros mismos pueda
ir en contra de nuestros propios principios; es una desarmonía que provoca
desasosiego.
¿Debemos
controlarnos? ¿O es mejor dejarnos fluir?
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