Martes 10 de la mañana, lo que iba a ser un día normal, tirando a aburrido se alegra con una llamada inesperada.
- Oye y si cenamos (tu eres así de momentos)
- Venga va (y a mi me encantan)
- Pues vente a casa a partir de las 9:30
- ¿Qué llevo?
- Ganas
- mmmm Me apeteces.
- Shhhh, hasta luego.
Pasa el resto del día los dos pendientes de ese momento, sin saber que nos veríamos antes justo en nuestro sitio, comprando lo que más nos gusta, las trufas de chocolate y nata, no es que las tengamos que comer si o si en nuestras cenas pero siempre estan presentes.
Gracias por ayer, por esta noche y por esta mañana, gracias por ser tu por ser tu conmigo y al final por ser un nosotros, gracias por hacer de lo inesperado lo bonito.
Miércoles 10 de la noche. 36 horas por que nos apetece(mos).
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