Muki no llegaba a la mesa, siempre tenía que pedirle a su padre que la subiera para llegar al armario de las galletas más ricas de la casa pero esto era su secreto, mamá no debía enterarse, a Muki le encantaba tener este secreto con su padre, cada Miércoles a las 9 de la mañana antes de irse al cole esperaba debajo del altísimo armario, donde su madre ponía las galletas, hasta que llegaba su padre la subía a la mesa y mientras ella conseguía el botín su padre vigilaba en la puerta para no ser pillados.
El pasado miércoles después de hacerse con sus galletas Muki fue con su Padre al colegio y después el se marchó a trabajar.
- Cariño, luego nos vemos, te vengo yo a buscar.
- Vale papá, toma (metió su mano en la mochila y le dio parte del botín).
-Venga Charlie despídete de tu pequeña que ya entramos, le dijo la profesora de Muki,
- Ya... ya... Isabel, por cierto toma los dibujos que me pediste para decorar la clase,
- Genial, muchas gracias, no sabes la suerte que tiene el colegio de contar contigo y con tu arte.
Muki entró con su profesora y Charlie se fue a trabajar.
Muki cambiaba los dibujos que hacía su padre por cromos en el recreo, cuando un monton de luces azules invadieron el colegio, y entre esas luces apareció la madre de Muki, la abrazó y le dijo
- Muki papá se ha ido, la cogió en brazos se puso a llorar y se la llevó.
Muki agarrada a sus dibujos y a sus galletas y estando muy triste pero sin entender nada solo sabía que nunca más vería a su padre.
Mañana es miércoles y muki esperará a su padre para seguir jugando a las galletas, pero algún día alguien le explicará que unos radicales defendiendo una religión decidieron que Charlie y ella nunca más se vieran.
#JESUISCHARLIE
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