Cuando nadie nos ve hacemos cosas que otros no se imaginan de nosotros desde las tonterías más grandes hasta las reflexiones más profundas, estas vacaciones mi nuevo clío y yo nos hemos hecho amigos y ya vamos solos en las aventuras de la vida. Y me encanta, la sensación de conducir, de coger el coche de tener autonomía, en fin la sensación de estar haciendo algo que me gusta y en los coches se puede observar a las personas que conducimos todas las peculiaridades que hacemos cuando creemos que nadie nos ve, pero voy más allá, esta mañana cuando iba al gimnasio, esa es otra me ha apuntado al gimnasio pero esa historia merece ser contada dentro de unos días cuando el gimnasio y yo nos hagamos amigos y dejemos la fase de miradas desconfiadas,pues eso cuando iba al gimnasio a las 7:30h de la mañana y salí con el coche del garaje una manta de niebla nos invadió, no veía nada de nada, y porque conocía el camino pero ahí si que no me veía nadie ni yo veía a nadie, pura niebla la que invadía mi vida en esos momentos y sin embargo una sensación extraña, de avanzar hacia lo desconocido ,muy gratificante. Y es que cuando nadie nos ve sale nuestra esencia.
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