miércoles, 21 de enero de 2015

3x68 Jóvenes eternamente

Todos hemos sido adolescentes, todos hemos pasado por esa época que tanta intensidad y tanta importancia ha tenido en nuestras vidas, todo aquello por lo que merecía la pena luchar era llevado al campo de batalla, todo eran extremos, todo era fuerza, vitalidad, sentimientos, alegrías desmesuradas y tristezas exageradas. Mi etapa de adolescente la recuerdo como una aventura, un crecimiento, con un montón de errores pero gracias a ellos soy quien quiero ser, cuando eres el protagonista de la adolescencia no te das cuenta de todo lo de fuera y quizás deba ser así, porque pasar de niño a hombre o de niña a mujer es muy jodido, las cosas como son. 

Hoy por mi trabajo, puedo ver la adolescencia cada día, como crecen, como aprenden o al menos lo intentan, como se enamoran y desenamoran y como aciertan y erran, como puedo ayudarles o guiarles en ese camino tan difícil, esa tierra de nadie donde dejas de ser niño tan deprisa para querer ser adulto, sin que se den cuenta de que cuando eres adulto quieres volver a ser niño o al menos recuperar esa magia que la madurez nos intenta arrebatar.

Mi adolescencia fue algo así...




Pero ¿Y la de ahora?




¿Y la que está por venir?


Sea como sea y en el momento que nos toque vivirla, la adolescencia es ese momento en el que aprendemos a hacernos adultos amando y odiando al máximo, y donde la montaña rusa que nos lleva de la felicidad absoluta a la tristeza más profunda se hace tan apetecible que a muchos adultos nos gustaría volver a montar en ella.


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