Salí por la venta tras ella, corrí la calle abajo y al llegar a la plazuela con la fuente en el medio, no la vi, asique continué bajando hasta el puerto, y allí la gente del pueblo se cruzó en mi camino, asíque paré y pensé donde podía estar.
No tuve que pensar demasiado, no podía estar en otro lado que en el embarcadero, asíque me fui allí pero antes tenía que tener claro lo que quería decirle, asíque paré en una cafetería del puerto, me senté en la terraza me tomé un cappuchino y allí sentado y pensando en que te diría, apareció ella, la que había sido la otra parte del camino durante tanto este año, la que me hizo dudar, la que hizo que nos alejáramos, aunque ella nunca tuvo la culpa, ni siquiera yo la tuve son cosas que pasan, personas que llegan y nos hacen tomar otros caminos, allí la tenía delante mio, dispuesta a decirme algo, lo único que pude decirle es ¿Te sientas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario