Esta historia que nos traen Marí Manjavacas y Marcos Granado y que podéis consultar en la web de la cadena ser, es una de esas historias de trasteadores que tanto nos gustan, ellos empezaron a trastear hace mas de 70 años y lo siguen haciendo. Muy Grande, Celestino, toda mi admiración y respeto.
Fue uno de los días más duros de su vida. Dejar su casa y sus recuerdos para irse con ella. No la podía cuidar pero tras 64 años de casados y 8 de novios no concebía separarse de ella. Él no tiene Alzheimer pero explica: "Como íbamos a estar los dos, ya ancianos, separados, cada uno en una punta. Aquí seguimos juntos, todos los días salimos de paseo y le ayudo a comer. Además, yo necesitaba asistencia porque no podía hacer la comida, no podía ir a la compra ni levantarla cuando se caía". Celestino ha sido afortunado porque está en el centro de la Fundación Reina Sofía, uno de los pocos que en este pais permiten vivir juntos al matrimonio.
Desde que Ángeles pasó los 80, Celestino ya veía que no estaba bien pero un día al llegar a casa encontró la ropa tendida por encima de los muebles. Otros días, nos cuenta, iba a comprar y venía sin compra y en los últimos meses le había dado por escaparse. El deterioro ha sido progresivo. Ya no recuerda a los suyos y se ha olvidado hasta de hablar. "Es muy duro y cruel ver como no conoce a sus hijos cuando van a visitarla, aunque siempre sonríe cuando la besan. Cuando llego se pone contenta, dice Celestino, pero a los cinco minutos pasa de mí, como si fuera un extraño".
Celestino con su ya larga experiencia se atreve a dar "un toque a los políticos de la sanidad". Les pide que "se enteren, que se informen" para que entiendan que el cuidado de un enfermo de Alzheimer no puede recaer sobre la familia con el desgaste físico, psíquico y económico que esto supone. En España entre 500.000 y 800.000 personas padecen esta enfermedad y se estima que en 2050 podrían ser hasta un millón y medio, como consecuencia sobre todo del aumento de la esperanza de vida
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