martes, 14 de abril de 2015

3x112 Llámame, te quiero escuchar!

   


   
  

Jugando al escondite nos perdimos, encontramos a 

otras personas y pensábamos  

que el  juego había acabado, pero seguíamos 

escondidos, buscándonos el uno al 

otro sin saberlo. Ha sido bonito porque cuando ya no 

recordábamos ni como se 

jugaba al escondite un buen día me encuentras porque 

decidiste volver a jugar y 

recordarme que yo también estaba jugando.




        Ahora no quiero volver a jugar a este juego, ya 

sabes que soy muy despistado 

y se me olvida que juego y acabo perdido en otro sitio, 

menos mal que tú tienes 

una buena brújula, de esas que a veces pierden el 

norte 

pero siempre encuentran 

un buen refugio para pasar la noche.






        Y al final esos refugios son los que nos ayudan a 

pasar el día por muy largo y 

duro que sea, porque sabemos que por la noche 

volvemos a la cueva y allí 

volvemos a sentir esas mariposas en el estómago, esos 

latidos a 200 por hora, ese 

mirarte, ir a decir tu nombre y titubear porque es 

puro nervio lo que me entra 

con solo pensarte y repensarte.

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