lunes, 18 de febrero de 2013

1x101 Los cuatro lados del triángulo




Cuando a un triángulo le ponemos cuatro lados ya no es un triángulo sino un cuadrilátero, pero me vais a permitir que hoy haga este símil.

Imaginaos un campo enorme, como 10 campos de fútbol  con una hierba muy espesa y muy verde y dibujamos un triángulo de colo naranja. 

Si queremos saber que hora es tendremos que ir hasta un reloj, pero si este reloj se encuentra en una de esas esquinas del triángulo naranja dibujada en ese césped tan denso y verde tendremos que decidir porque lado del triángulo iremos.

Ponemos en una punta del triángulo un reloj ese reloj es digital, práctico, cómodo de usar, con cronómetro y muchos complementos.

En la otra  ponemos un reloj analógico con manecillas, una cadena con la que poder colgar el reloj al cuello, nos puede resultar más atractivo y podemos cambiar de dirección. 

Mientras decidimos si nos gusta más lo analógico o lo digital ahí estamos nosotros en la otra esquina del triángulo mirando a las otras dos direcciones decidiendo a que lado ir, pero sin embargo tenemos  claro cual queremos pero no sabemos porque no vamos hasta esa punta del triángulo para poder formar desde ese lado nuestra propia figura geométrica y cuando ya tienes todo claro...

Aparece un reloj de arena, con una magia especial y esos tres lados del triángulo se convierten en cuatro y Tú ¿Qué haces? 

Lo mejor de todo es lo que haces... ya que siempre aparecerán en tu vida otros relojes, otras personas que te quieran dar y pedir la hora, pero lo único importante es que sabes que reloj compartirá el resto de su tiempo contigo, que reloj has querido siempre tener a tu lado incluso antes de aprender como se  decía la hora. Por lo tanto ese triángulo dejara de ser tal para convertirse en una línea recta bidireccional en la que toda la curiosa maquinaria de un reloj se desvanece porque lo único que importa es el tiempo que pasas allí.


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