Aun oigo esas palabras en mis oídos de algunos amantes despistados o quizás no tanto ¿Quieres casarte conmigo? No se muy bien cual fue la respuesta, o quizás sí, ya veré si la recuerdo, pero se que esa frase se volverá a repetir en unos meses de otras personas, en otra forma y otra manera, pero espero que la respuesta sea la misma... aunque de esto hablaremos durante el invierno. Días después de que María (La mari) me diera las entradas para la boda comencé mi trabajo como monitor de campamentos en Julio estuve todo el mes como monitor de un campamento en Salamanca. Y ahí comenzó mi mes de julio...
Odio el verano, lo se, soy un ser raro, oscuro y siniestro, si juntáis la primera letra de las tres palabras anteriores sale ros, pues eso que soy un ROS, me gustan los nubarrones, el frío, la lluvia, las nieblas y demás climas londinenses, aun así os entiendo a los que amáis el verano, si mi julio ha sido odiado ha sido por el calor, algo tímido este verano también he de decirlo. Sin embargo este julio tuve la oportunidad de estar y reencontrarme con muchas familias y sus hijos y los hijos de sus hijos.
Esa es la parte querida del verano, poder trabajar por y para la gente y sobre todo con gente humilde, con chicos y chicas que deciden compartir parte de su verano con nosotros. No solo ellos, también me ha servido para conocer a monitoras y monitores con un potencial enorme, y hay que hacer brillar estas actuaciones, ya que los jóvenes serán (seremos) todo lo malo que dicen los medios pero muchos tenemos un compromiso social con la realidad que nos toca vivir. Me alegra especialmente haber conocido a mis pequeñas hobbits (Cristina y Catherine), dos monitoras, ya amigas, que forman parte de la vida del barrio y por su puesto de mi pequeña comunidad hobbit. Hacía un par de años que en verano no trabajaba como monitor por motivos laborales o de viajes en verano, este verano tuve la oportunidad de repetir y ha sido genial, muchas gracias a todos los que hacéis posible estos proyectos con gente tan extraordinaria.
Dicen que cuando no sabemos que decisión tomar sobre un tema lo mejor es lanzar una moneda al aire y justo en el momento en el que está en aire y antes de decantarse por uno de los dos lados, justo en ese momento sabes perfectamente que decisión quieres llevar a cabo, pues bien yo decidí juntar las dos cosas que me gustan, el invierno y la educación social, seguiré con el doctorado, mis clases de inglés y alguna cosilla más que iré contando pero este año he añadido a mi día a día la faceta de educador en apoyo al estudio y en ocio y tiempo libre en una asociación del barrio de la cual ya os iré hablando.
Aprovecho el tema de la moneda para contaros que estos días ando lanzando una moneda para acabar de tomar una decisión importante, aunque cuando la lanzo se perfectamente lo que quiero, pero prefiero seguir lanzándola unos días más a ver si la moneda coincide con mi irracionalidad.
¿Cara o cruz?
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